Y no pude más...
no quise soportar más.
Los minutos tan pesados,
el corazón a cuestas y tú,
tan llena de ti,
de la constelación de tus ojos,
los lunares cardinales,
el borde de los labios y pensar:
“los deberes de la nostalgia,
son más implacables
que los de la costumbre”.
Pues hoy,
en esta casona, en esta calle, en esta
ciudad,
el vino se terminó,
el tabaco no hace efecto,
y siento que ya nada volvería
ese dulce a mi café.
“No, tú no” dijiste,
la voz virtual que resuena…
y vuelvo a la ventana colonial,
vuelvo a la nostalgia sepulcral.
De este domingo que me abandonó,
en mitad de una frase,
en mitad de un adiós,
en mitad de ciertas cosas,
que como tú y yo sabemos
nunca encontrarán su final.
…Pero sé que existes,
y con eso me basta,
para saber que fui feliz.
Christian Fhon Trigoso
1 comentario:
Hermoso.
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