El cielo arde,
el aire calienta el alba,
no puedo respirar,
pues mis latidos no son de amor.
Lágrimas mezcladas con sudor,
resbalan por tu espalda vencida
llegan al pudor que no conocí
al erotismo que no viví.
Perdición ajena será,
las inescrupulosas escenas de tu desamparo.
No conozco el amor,
un infierno más de Dante,
la prisión sinuosa de Baudelaire,
conozco desolación, melancolía y decepción
de este lúgubre desierto de perdición .
En esta desorientada secuencia de imágenes,
que solemos llamar “vida”,
tú solías ser el único sentido a seguir,
la única estrella brillando en el cielo,
Ahora siento tus pisadas en el alma,
desayuno con tu recuerdo todas las madrugadas,
almuerzo con tu mirada todas las noches,
ceno con tu risa todas las mañanas,
y es una pasión tan despasionada.
CHRISTIAN DAVID FHON TRIGOSO
el aire calienta el alba,
no puedo respirar,
pues mis latidos no son de amor.
Lágrimas mezcladas con sudor,
resbalan por tu espalda vencida
llegan al pudor que no conocí
al erotismo que no viví.
Perdición ajena será,
las inescrupulosas escenas de tu desamparo.
No conozco el amor,
un infierno más de Dante,
la prisión sinuosa de Baudelaire,
conozco desolación, melancolía y decepción
de este lúgubre desierto de perdición .
En esta desorientada secuencia de imágenes,
que solemos llamar “vida”,
tú solías ser el único sentido a seguir,
la única estrella brillando en el cielo,
Ahora siento tus pisadas en el alma,
desayuno con tu recuerdo todas las madrugadas,
almuerzo con tu mirada todas las noches,
ceno con tu risa todas las mañanas,
y es una pasión tan despasionada.
CHRISTIAN DAVID FHON TRIGOSO
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