Pensarte es un delirio,
una nube en mi cabeza,
una herida abierta que no sana.
De todas mis cicatrices,
tus besos son los más dulces,
y tus sombras mi tribulación.
De haber sabido,
de haber tenido siquiera,
una idea…una sensación,
de que ibas a doler tanto,
hubiera detenido el tiempo…
te hubiera besado mucho antes,
hubiera escapado mucho después.
La realidad es tu esencia,
mi vulnerabilidad y tu destrucción.
De esta historia no tengo más…
que una banca, tu mirada y una canción…
Una canción que no explica nada,
pero que en tus labios lo explica todo,
Una mirada tentativa que me persuade,
a dar ese paso a tu eternidad.
Y esta banca en la que aún te espero,
y te esperaré siempre,
aunque no vayas a llegar,
aunque todo haya terminado ya,
sin siquiera haber empezado.
Christian Fhon.