Pragmatismo volátil,
mata una esperanza que se yergue en mi pecho,
muere lento y voy,
dando tumbos en mi sangre.
El hombre mata,
el hombre destruye,
soy carne de presidio,
agonizante fuego de carroña.
Endúlzate en mi desgracia,
que sólo tengo una vida que dar,
y sueños…muchos sueños que perder.
Por algún tiempo creí,
por algún tiempo soñé,
por algún tiempo amé,
y hoy no soy más que un espectro de mi mismo,
cadáver aletargado que yace en un desierto de polución.
A veces quisiera,
no tener esta esencia,
no captar al mundo con mi corazón,
y así no sentir,
no compadecerme, no dudar,
y sólo naufragar en mis deseos de refugio,
de un puerto sublime, de un mañana mejor,
que sabemos que no existe.
CHRISTIAN DAVID FHON TRIGOSO