Necesitaba refugio y me senté a tus pies,
a disfrutar tu aire y tu verde tacto.
Como si el tiempo no fuera acabar nunca,
descanso sublime bajo tu sombra,
y es aquí dónde quiero estar.
El por qué y para qué,
siguen su curso irremediable,
yo me quedaré entre tus ramas,
pues tempestades vendrán y tormentas llorarán,
pero si me aferro a ti no es obstinación,
es sosiego, es mesura, es calma,
quizá de la que ya no conozco,
pero que siempre he anhelado entre sueños.
Quiero vivir de tu fruto,
caminar en las grietas del alma,
y ver de qué estás hecha.
Abrazaré la corteza,
y cerraré los ojos…
….saber que existes,
es un consuelo permanente para mi.
Mientras sonrío,
vuelvo a observarte,
….es la paz que tú me das,
y casi sin creerlo,
me quedo dormido otra vez.
CHRISTIAN DAVID FHON TRIGOSO